15.9.15

¿Por qué diré que me escondo si nadie me quiere ver? ¿Será que no me preciso y, de paso, me aviso para ya no correr? Me fui pateando las piedras con ganas de molestar, y no encontré ni un segundo para explicarle al mundo que lo quiero matar. Y mi cabeza se me enfrenta en una noche de solo pensar. Y mi alegría se me escapa y la agonía vuelve a dominar. El corazón de algún sufrido me acompaña hasta la terminal, y me iré para no verme más. Estoy buscando refugio en manos de una pared que ni siquiera me escucha, y yo, fingiendo mi lucha, engañándome otra vez. Ya nada aquí me divierte como solía ocurrir. Voy persiguiendo mi risa, ella se fuga deprisa burlándose de mí.

24.8.15

Help, I have done it again. I have been here many times before. Hurt myself again today and the worst part is there's no-one else to blame. Be my friend, hold me, wrap me up, unfold me. I am small and needy. Warm me up and breathe me. Ouch, I have lost myself again. Lost myself and I am nowhere else to be found. Yeah, I think that I might break. Lost myself again and I feel unsafe. 

13.8.15

Apareciste, como una estrella fugaz, me encegueciste por un instante y después te fuiste rápido. A veces estos amores fugaces y rápidos desaparecen de la misma forma, pero algo tuyo apretó un botón dentro de mí que, por el momento, no conseguí apagar. No creo en el destino, ni en Dios ni en ningún ente externo a nosotros, pero vos, tan supersticioso, me dijiste "si el destino nos juntó fue por un motivo". Te dije que a pesar de todo yo confiaba en que en un futuro íbamos a volver a estar juntos. No fue el momento (vos de novio y yo tan sola) para encontrarnos, pero algo dentro mío me dice que, por alguna razón la cual todavía no comprendo, o ni siquiera encuentro, sos el indicado. Sé que todavía no pudiste verme, y con la misma certeza sé que algún día lograrás verlo, porque lo que sentimos nosotros no fue casualidad, no fue destino. No pienso sentarme a esperar, porque sé con seguridad que va a llegar el momento, que vas a volver a mí. Te escuché decir la última vez: "el destino nos va a juntar de nuevo, y sino, yo te voy a buscar", pero me aferro a mi palabra... Confío en nosotros, no en el destino. Sé que vas a volver, y yo te voy a recibir feliz.

19.7.15

Decime cómo le explico a mi corazón lo perdido. Sé que la culpa fue mía, fui yo quien abrió esta herida. No merezco lo que tengo, voy perdiendo por ser terco. Veo tu angustia llorando partiéndose en mil pedazos, en mil pedazos. Cuántas noches de gira, días llenos de melancolía. Mi casa sin vos se ve tan vacía. Sé que tu amor fue tan sincero. Perdón, el mío fue tan traicionero. Cuántas noches de victorias que al otro día eran derrotas. Me fui cayendo en el barro. No tengo ni para el fracaso. Voy juntando pedazos, no me queda ni tu pasado. 

19.6.15

Hipnotismo de un flagelo, dulce, tan dulce. Cuero, piel y metal, carmín y charol. Cuando el cuerpo no espera lo que llaman amor.

8.6.15

Y dime, por favor, ¿qué te aleja de mi? 
Siempre me pasa igual, siempre me toca a mí. 
Si ya me acostumbré a vivir sin tu amor, a no pensar en vos... 

7.3.15

Me desperté y pienso en vos. Me sirvo un té y pienso en vos. Si sigo así, voy a perder la razón. El día se va y pienso en vos. No me llamás y pienso en vos. Si sigo así, voy a perder la razón. ¿Qué puedo hacer que me pueda distraer? Mi corazón tiembla. Miro el reloj, no me puedo ni mover. No sé quién soy, ni a dónde voy. Se esconde el sol y pienso en vos. Me ahogo en alcohol así pienso en vos. Juraste amarme, ¿o acaso fue una ilusión? Yo ya perdí la razón.

25.2.15

Querido A.:

   Escribo esta carta para despedirme para siempre, para tratar de poner en palabras lo que siento y, así, poder dejarte ir de una vez por todas. Creo que lo que me aferra a vos es la cantidad de cosas que quiero decirte y que nunca pude, que poco a poco se empiezan a acumular en mi cabeza a tal punto que ya no puedo ni pensarte porque no hay más espacio en mi mente. Nuestra relación se basó en algo demasiado abstracto, se sentía pero no se podía tocar, se escuchaba pero no se podía ver. A pesar de eso nunca dudé de tu querer, siempre supe que lo que sentiste por mí fue real pero, a su vez, eso te asustaba. Querer, sufrir, depender, esperar, nunca supiste del todo bien cómo manejar todos esos sentimientos, y esa puede haber sido una de las razones principales por las cuales terminaste alejándote de mí, asustado por tantas emociones diferentes. O tal vez yo te asusté, porque me mostré transparente ante vos y dudo que sea fácil poder soportar o entender todos los mambos de mi cabeza. Igualmente sé que esperaste y aguantaste todo lo que pudiste, y te agradezco. Por eso y tantas cosas más, me enamoré de vos de una forma realmente indescriptible, te quise con la misma fuerza que un huracán, con la misma fuerza que dentro mio luchaban mis ganas de sentirme sana para poder ser lo que vos necesitabas, aunque, lamentablemente, nunca logré hacerlo, y te pido disculpas. Traté de mostrarme madura y desearte lo mejor, sabiendo que te perdía, conteniendo muchísimas emociones, pero me duele pensar que esa misma persona que amé con tanta intensidad es la misma persona que este último tiempo me hizo sentir que no valía nada, que todo lo que di y traté de ser fue en vano. Quizás no es la misma persona, porque tal vez mi cabeza creó una imagen tuya que no era la verdadera, o tal vez no fuiste igual de transparente que yo, o tal vez yo no quise ver... Conteniendo las lágrimas, decido que no puedo perdonarte, porque fuiste lo mejor que me pasó. Porque mi cabeza creyó que eras todo lo que quería, porque te quise como sé que nunca voy a volver a hacerlo, porque decidí entregarte todo lo que soy para siempre. Conteniendo las lágrimas, decido que no puedo perdonarte, porque fuiste lo peor que me pasó. Porque tu amor terminó destruyéndome.
   Esta es la última vez que te escribo, y espero, con la misma fuerza que con la que te amé, que también sea la última vez que te pienso. Esta vez suelto tu recuerdo para finalmente dejarte ser, para finalmente volver a ser yo misma, que, en algún momento de mi vida, ese yo pudo vivir sin vos.

Atentamente, y uniendo todos los pedazos de mí, 
L.  

11.2.15

Después de haber pasado horas y horas hablando, simplemente escuchándonos, debatiendo y pensando en conjunto, se hizo un silencio. Yo ya sabía lo que iba a decirme, lo anticipé, ya sabía que las había visto. En silencio acarició las marcas, sin mirarme. Y cuando me miró vi en sus ojos intriga y miedo de preguntar. Ninguno sabía cómo empezar esa conversación hasta que se animó: perdón que pregunte, si no querés hablarlo lo entiendo pero ¿por qué tenés estas marcas? Me quedé unos segundos en silencio, pensando bien qué palabras iba a usar y qué iba a decirle y qué no. Pero en sus ojos vi que de verdad estaba interesado en saber mi historia, entonces me solté y no paré. Conté todo lo que nunca había puesto en palabras, no me guardé nada, no me importó qué tan fuerte era todo lo que estaba contándole. Una vez que me quedé callada sin ni una palabra más para agregar, lo miré, y su mirada dijo mucho más que las cosas que de su boca salieron. "Nunca imaginé que una chica como vos... tan alegre, tan llena de vida, pudiera pasar todo eso. Gracias por animarte a contármelo". Y no se habló mucho más del tema, pero yo sabía que con lo hablado ya alcanzaba. Me di cuenta en ese mismo instante que él era mucho más de lo que yo había subestimado que era. Le agradecí por escucharme y me pidió que no volviera a hacerlo. Después de pasar la noche con él, no pude sacarlo de mi cabeza.

16.1.15

Sé que voy a tener que conformarme. Y qué feo es conformarse, saber que nunca nadie va a poder lograr hacerme sentir como me sentí con vos. Y pensar que nos creíamos infinitos... ¿Cómo voy a poder interesarme en otra persona si sé que sos la persona más increíble que voy a conocer en mi vida? Tanto tiempo, tanta espera, tanta distancia, y ahora tan cerca pero más lejos que nunca. El vacío, tan hondo, me quema, tener la certeza de que nunca voy a poder volver a ver esos ojos que me hacían estremecer hasta el último nervio de mi cuerpo. Porque sos la persona que hizo que aprendiera a quererme, y aún así quererte más que a mi propia vida, porque el extrañarte duele en cada músculo, en cada hueso, porque nunca más voy a sentirme completa. Y ahora que nada queda, sólo queda conformarme con lo que tenga que venir. Volver a aprender a querer, qué miedo. El infinito se quedó tan corto...