31.10.16

Tenés que comprender que no puse tus miedos donde están guardados,
y que no podré quitártelos si al hacerlo me desgarras.


Quiero escribir sobre todo lo que me generás pero me confundís de una manera tan irracional que nunca sabría cómo empezar. No soporto la sensación de paz que me produce lo mucho que sonreís, no podría cansarme de burlar tu voz aguda y, a su vez, tampoco me cansaría de escucharte. Tu poca seguridad con respecto a todo y todos los que te rodean crea una burbuja imposible de penetrar con la cual estoy cansada de batallar. Junto paciencia porque la ternura que transmitís es más increíble sólo por el hecho de que no te das cuenta de lo tierno que sos. Quiero abrazarte, insultarte, llenarte de besos, no verte nunca más y llorar si me dejás. Controlar las emociones por miedo de asustarte me tiene exhausta porque solamente quiero gritar que no te aguanto más y, también, lo mucho que me gustás. Tendrías que entender que tengo los mismos miedos, el amor me golpeó unas cuantas veces más que a vos, pero de alguna u otra forma sigo al pie del cañón esperando que de una vez por todas te permitas a vos mismo sentir todo lo que sentís. Pero tengo tantas ganas de correr y escaparme de vos, ¿por qué no puedo? Todos tus actos reflejan que no vale la pena que siga acá, pero acá me ves, esquivando todas tus balas. Cada día parece el último y cada día me aferro más a la idea de que podría hacerte feliz si me lo permitieras. Duele quererte y odiarte al mismo tiempo. Odio quererte. Quiero odiarte. Pero lo que más odio es seguir queriéndote a pesar de que con vos todo siempre duela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario