24.7.13
Se despertó con esa duda que le quemaba la cabeza. ¿Lo había dicho? ¿O era un invento del alcohol que estuvo en sus venas la noche anterior? La resaca no la dejaba pensar, no podía recordar con exactitud lo que había sucedido unas horas antes. Esa duda seguía molestando, estuvo molestándola todo el día. Pasaban las horas y esa puta resaca no se iba, y esa duda seguía sin aclararse en su cabeza. Los recuerdos eran borrosos. Solo recordaba que, mientras el sexo deboraba sus cuerpos, lo abrazaba fuerte, clavándole las uñas en la espalda, con miedo de que desapareciera, como si de un momento al otro él se desvaneciera de esa cama. Había algo de lo que sí estaba segura, el te amo que tanto dudaba si lo había dicho, era real.
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