- ¡Espera! ¡Howl, no vayas! Es peligroso -abrazándolo-.
- Viene otro bombardeo y Calcifer está débil para pelear.
- Huyamos, no pelees contra ellos.
- Lo siento, pero ya no puedo seguir huyendo. Ahora tengo a alguien a quien quiero proteger: a ti -dijo mientras se marchaba al vuelo-.
- ¡Regresa!
El increíble castillo vagabundo
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