8.10.12

Con el mismo dedo que te toco el timbre, puedo presionar tu herida. Con la misma mano que te acaricio, yo puedo meterte faca. Con la misma que digo 'mamá', puedo anular tu autoestima. Con el mismo empujón que te ayuda a crecer, puedo tirarte de la hamaca. Y así lastimarte, cortarte las piernas, llenarte de miedos, hacer que no quieras ganar este juego que tanto vale la pena. Yo puedo asfixiarte, reducirte a cero, hacer que no quieras sacarte el sombrero ante este milagro, que algunos llaman vida. De la misma forma que hago una revolución, te hago un golpe de estado. Del fernet puedo ser un curda feliz o ser víctima y victimario. De la manipulación yo puedo hacer el bien pero también maldades. De paso cañazo que no doy por dar, te quito posibilidades. Y yo acá re puesto, explicando qué es esto, de que los opuestos que están dentro nuestro, si bien son opuestos, también son complementarios. Dentro mío bailan Hitler y Mahatma, Buda y Zorba el griego, Mariano Grondona y el Diego, el amor y el dinero, Dolina y el mono Mario. Para hacerme responsable de mis facultades asesinas, sufro y muero. Para reírme hasta el llanto, cada tanto lloro hasta reírme a pleno. Para mí que menos, más, mejor, peor, muy, tan, son trampas de la mente. Para mí que clasifica lo inclasificable porque teme a la muerte. Somos cielo y tierra, agua, fuego, tristeza, alegría, consuelo, franqueza, placer, agonía. Soy sueño y desvelo, quilombo y armonía. Si no pongo un freno a mi mente, no estoy en presente, mi cuerpo no siente, estoy como ausente, casi transparente, como quién dice, demente. ¿Hasta cuándo sin corazón por el 'qué dirán sobre nosotros'? Según mi opinión, vivir bajo un pulgar no te deja ir tras algo profundo. Ante el error cabe el perdón. Desde la nada voy hacia el todo, del todo a la nada, del método al cómo, y haciendo cambio el mundo. A las circunstancias las boicotea el tiempo. A las importancias, los miedos.

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