27.9.12
La hacés muy bien y, aunque te hierva la sangre, te encadenás para no llamar. ¿Cómo hacés? Conozco todos tus trucos pero aun así me das que pensar. Te guardás el orgullo donde nadie pueda dudar de que lo tenés. Y así vas, sin perder el objetivo, pidiendo 2 cuando querés 3. Ya estoy bien, ya me ordené en mi desorden y aquellas voces no me hablan más. Por favor, mentime y dame la espalda, otra vez no quiero patinar. Y me esperás más de la cuenta siendo siempre la que yo soñé, y firme yo, me encierro en que es peor amar y envejecer. ¿Qué esperás? Mostrame todas las cartas, a cara de perro yo no sé jugar. Me endulzás el ego siendo sincera, dale un poco y te va a pedir más. Lo sabés, no hay arma más seductora que contestar siempre la verdad. Siempre estás del otro lado del muro de los lamentos que me contás. No sé hablar sin decir malas palabras: amantes, mentira, infidelidad. Nunca más te vendo gato por liebre. Por no ser cruel, pierdo honestidad. No es el fin, el problema son los medios, no es algo que yo pueda respetar. No está mal que terminen las historias mientras haya historias que contar. Ya no esperarás más de la cuenta y siempre serás la que yo soñé, y yo seguiré pensando que es peor amar y envejecer.
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