30/10/11 - ∞
18.5.12
A veces dudo si todo esto es real, si de verdad existís, si realmente sos parte de mi vida. Me cuesta creer que sos real, que tu perfección es de este mundo, que tu sonrisa existe en mi mundo y el de todos, que tus ojos me miren de la manera en la que me miran en los momentos más íntimos de nuestra relación, saber que me amás tanto como yo a vos. Saber que me aceptaste desde un principio sabiendo como soy, hasta donde soy capaz de llegar, todos los riesgos que corrí y hoy en día corro, todo lo que viví, lo que sufrí, sabiendo el momento difícil que en ese momento estaba pasando. Vos entraste a mi vida sabiendo todo eso, entraste a mi vida con la seguridad y certeza de que en un principio no iba a ser fácil, que mi mundo no es todo color de rosa y decidiste convertirte en una de las personas más especiales de mi vida, sin dudarlo ni un segundo, sin dejar de quererme sabiendo todo lo que yo viví y soy. Y aquí estamos, a unas semanas de cumplir 7 meses, y puedo decir con la mayor sinceridad del mundo, que me cambiaste la vida. Entraste sin tocar la puerta, te elegí al azar entre otros chicos y, sabiendo que yo estaba en cualquiera -en un principio-, decidiste mostrarte, abrirte y dejarte conocer frente a esta loca maníaca auto-destructiva emocionalmente. Te abriste, me dejaste entrar en una parte de tu vida, me dejaste conocerte superficialmente y poco a poco dejaste que me sumerja más en tu vida personal, tus sentimientos. Me enamoraste perdidamente con tan solo sonreír, mirar a los ojos con sinceridad y ayudar a esta desconocida a superar los momentos complicados que estaba viviendo. Poco a poco me di cuenta que estabas entrando en mi mente, pensaba en que llegue el fin de semana todo el tiempo, me desesperaba, necesitaba verte sonreír y olvidarme de todo mal, estar con vos es como volar, todo es perfecto. Cuando te ibas, cuando me subía al tren y te veía del otro lado de la ventana, sonriéndome, sabía que iba a ser una semana difícil, sabía que volvía al mundo de mierda en el cual estaba viviendo, que el mundo perfecto en el cual vivo con vos tendría que esperar una semana. Necesitaba esa perfección en mi vida cotidiana, quería desesperadamente ser como vos, necesitaba tener esa sencillez y madurez para ver las cosas, ver el lado positivo de todo, necesitaba cambiarte el mundo con una sonrisa de la misma manera que vos lo hacías conmigo. Necesitaba enamorarte. Yo ya estaba completamente rendida, sabía que no me quedaba otra que conquistarte, no iba a dejarte ir e irme con las manos vacías, no era una opción. Nunca me demostraste lo que sentías, nunca lo dijiste, nunca lo diste a entender. Yo tenía pánico, miedo de perderte, y con vos, perder el mundo perfecto en el cual me sumergías (y sumergís). Hasta que un día, entre mi desesperación y mi depresión histérica, llegué a situaciones de mierda, y sabía que solo vos ibas a sacarme de ahí. Te mandé un mensaje, te pedí por favor de vernos. Accediste y todo se calmó. Sabía que por unas horas iba a olvidarme de todo e iba a poder volar envuelta en tu sonrisa. Esa tarde, dijiste esas dos palabras que tanto había necesitado. Me demostraste por primera vez tus sentimientos y supe que todo iba a cambiar. Y así fue: hoy sos mi novio y no puedo ser más feliz. Me dejaste entrar en tu vida y me dejaste entrar en la perfección. Me ayudaste y apoyaste en todo lo que pudiste y me salvaste. Y me seguís amando. A pesar de toda mi locura, mi histeria, mis celos, mi poco autoestima, mi odio hacia mí misma, me amás perdidamente, y lo sé, lo veo. No tengo palabras ni manera de agradecerte todo lo que hiciste y hacés por mi, por todas las sonrisas que me sacaste y sacás desde la primera vez que te vi, por lo increíble que sos. Sos único, Nicolás, no tengo palabras. Nunca me dejes caer. Sos mi perfección. Sos mi luz. Sos mi mundo. Tan solo gracias por ser mi felicidad.
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