15 minutos sentada enfrente de tu casa. Sin hacer nada, sólo escuchando música. ¿Para qué? Fue una sensación tan rara. Tenía ganas de irme corriendo de ahí, pero mis pies no respondían. Me dieron unas terribles ganas de tocar el timbre y desafiar el destino. Pero no. Yo te superé. ¿Por qué mierda estaba en ese lugar? ¿Qué hacía ahí? Dos meses sin caminar esas calles, ver esas rejas negras, ver tu ventana. No sabía qué hacer. Me agarró un ataque de desesperación y se me calleron varias lágrimas. Te superé. No quiero saber nada de vos. Pero por alguna extraña razón mis pies me llevaron otra vez a esa casa. Y en la radio pasaron una canción de los redondos. Lloré más. Me paré y me fui a la mierda. Nunca más vuelvo a ese lugar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario