22.2.11

Necesitaba verlo nuevamente, pero como una droga: por el momento estaba satisfecha, no quería pedir más, no quería una sobredosis (ni pecar de gula, en todo caso). Eso es él: una droga. Necesito, me da. Necesito, no está. ¿Qué hago? Necesito. ¿Y qué más? Necesito. Necesito. Él vuelve y me da. Y me calmo y vuelvo a respirar, y vuelvo a vivir.

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