- Vale -dije-. Voy contigo.
- No puedes, Bella. El lugar adonde vamos... no es apropiado para ti.
- El sitio apropiado para mí es aquel en el que tú estés.
- No te convengo, Bella.
- No seas ridículo -quise sonar enfadada, pero sólo conseguí parecer suplicante-. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
- Mi mundo no es para ti -repuso con tristeza.
- ¡Lo que ha ocurrido con Jasper no ha sido nada, Edward, nada!
- Tienes razón -concedió él-. Era exactamente lo que se podía esperar.
- ¡Lo prometiste! Me prometiste en Phoenix que siempre permanecerías conmigo...
- Siempre que fuera bueno para ti -me irrumpió para rectificarme.
- ¡No! ¿Esto tiene que ver con mi alma, no? -grité, furiosa, mientras las palabras explotaban dentro de mi, aunque a pesar de todo seguían sonando como súplica-. Carlisle me habló de eso y a mí no me impora, Edward. ¡No me importa! Puedes llevarte mi alma, porque no la quiero sin ti, ¡ya es tuya!
No hay comentarios:
Publicar un comentario