3.1.11

En ese momento pronunciaste mi nombre en sueños.
Lo dijiste con tal claridad que creí que te habías despertado,
pero te diste vuelta, musitaste mi nombre otra vez y suspiraste.
Un sentimiento desconcertante y asombroso recorrió mi cuerpo,
y supe que no te podía ignorar por más tiempo.
No te avergüences. Si yo pudiera soñar, sería contigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario