Let me die smiling

Este año fue muy raro. Toda la primera mitad del año fue lo peor que me pasó en la vida. Viví una relación de mierda, perdí muchísimas amistades, tuve quilombos en casa y me empezó a ir mal en el colegio. La segunda mitad, no sé como describirlo, una de las mejores cosas que viví. Reviví amistades, encontré un grupo de amigas en el cual encajé completamente, las cosas mejoraron en mi casa y conocí a la persona más buena del mundo, y tuve la suerte de que se haya enamorado de mi. En la primera mitad del año, viví las cosas más horribles: peleas, gritos, golpes, amenazas, depresión, ataques de histeria. Y ahora soy tan feliz, con mis amigas, Nico, no sé, todo. Siento que aprendí de los errores, me di cuenta quienes valen la pena y quienes no, que amistades son verdaderas y hasta donde puede llegar uno. Mi paciencia llegó a su límite y decidí cambiar mi vida para mejor. Y así estoy ahora, feliz. Gracias a todos los que me ayudaron este año, mis mejores amigos: Jessi, Solci, Eze, mi prima Maru, mi novio Nico, y sobre todo a Dani, que siempre estuvo ahí, y lo sigue estando. Y bueno, todos los pelotuditos que siguen leyendo mi blog, métanse en sus vidas antes de hablar de la mia, dejenme como estoy, feliz sin ustedes.